La mejor solución para plantas entre 0 y 10 mw
El seguidor solar consta de una serie de vigas principales concatenadas. Cada viga soporta conjuntos de 4 ó 5 bastidores. Cada uno puede contener 3 ó 4 paneles.
Cada bastidor (con sus paneles anclados) rota alrededor de un eje que configura el movimiento denominado secundario o G2. La unión de los módulos fotovoltaicos a los bastidores se logra mediante la tornillería de acero galvanizado, resistente a la corrosión. Los bastidores giran sicronizadamente por medio de una barra actuadora y deslizaderas a modo de lamas de persiana movidos por un único actuador. Dicho movimiento se comanda mediante un sistema automático de seguimiento.
El sistema cuenta además con un segundo grado de libertad, primario o G1 (aproximado al movimiento del Sol este-oeste): giro alrededor de una charnela en la dirección de la estructura principal.
Con el fin de adaptar la estructura al terreno se nivelan los pilares al terreno y se instalan vientos laterales, junto con la cimentación adecuada para repartir las cargas en el terreno y contrarestar las derivadas del viento.
Este sistema de control está basado en la programación de la trayectoria del sol en función del día, la hora solar y la latitud de la instalación, calculando con ello la altura y azimut.
Asimismo incluye la capacidad de “retroseguimiento” para evitar la proyección de sombras de unos módulos sobre otros y de unas filas sobre otras cuando son instalados varios seguidores en una misma finca. Esta característica maximiza el rendimiento de la instalación frente a otros seguidores que no consideran el corte de producción por presencia de sombras en los paneles.
Un anemómetro monitoriza continuamente la velocidad del viento de forma que para altas velocidades la estructura se recoge hasta una posición de mínimas cargas estructurales.
